El siempre ocupado autor Neil Gaiman tiene tantos proyectos en puerta que es difícil recordarlos. Además de su posible debut como director con la adaptación de Death: The High Cost of Living, su novela Coraline se prepara para convertirse en una cinta animada por Henry Selick, y el fin de semana pasado se estrenó en los Estados Unidos la adaptación de su cuento Stardust, acerca de una estrella caída en la Tierra (interpretada por Claire Danes). Por si fuera poco, Gaiman sigue dándole los últimos toques al guión de Beowulf (la cinta animada de Robert Zemeckis), y ahora The Weinstein Company ha adquirido los derechos de la novela Neverwhere (acerca de un hombre que accidentalmente entra a un Londres paralelo, repleto de magia, monstruos y personajes históricos) para ser dirigida por David Slade (Hard Candy; 30 Days of Night). Y no estoy contando siquiera la rumorada adaptación del libro Good Omens (sobre la curiosa alianza entre un ángel y un demonio para evitar el Apocalipsis) que Terry Gilliam lleva años tratando de hacer. Gaiman, por si no recuerdan, encontró fama inicial con el extraordinario comic Sandman, publicado por Vertigo Comics.
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