jueves, 12 de julio de 2007

¿Habrá bikinis de piel?


Aunque no es realmente un re-make de la clásica One Million Years BC, la nueva cinta de Roland Emmerich 10,000 BC ciertamente evoca la memoria de Raquel Welch en su bikini de piel. De cualquier modo, esta nueva cinta se centra en el conflicto creado entre dos tribus pre-históricas por el secuestro de una joven cavernícola, interpretada por Camilla Belle. Debo reconocer que, con la excepción de Godzilla, he disfrutado de las películas de Emmerich (especialmente Independence Day y The Day After Tomorrow), aunque estoy dolorosamente consciente de sus fallas. Por lo pronto, me entusiasma el nuevo trailer que debutó en Yahoo Movies.

6 comentarios:

CaoZ dijo...

Una de mis peliculas favoritas es "Stargate" y a pesar del fiasco de "Godzilla" ha hecho buenas peliculas, espero que con esta pelicula se demuestre el talento de este director Aleman.

Anónimo dijo...

Otro director incomprendido junto con Bay jeje, el día de mañana una de mis peliculas de desastres que más me han gustado, y aunque es un director que se deja llevar bastante por el patriotismo americano aunque sea aleman, sus películas no me desagradan incluso Godzilla versión ianki.

Anónimo dijo...

Por el trailer se me hace más o menos parecido al concepto de películas como "La Guerra del Fuego" (un clásico y uno de mis filmes favoritos) de Jean Jacques Annaud, y el "Clan del Oso Cavernario" basado en los libros de Jean M. Auel dirigido por Michael Chapman y protagonizado por Daryl Hannah, que no es tan buena como la de Annaud pero sí me pareció muy interesante;y lo digo, entre otras cosas, pues por lo que vi salen mamuts digitales y no dinosaurios.
Creo que la única diferencia con la película que nos reseñas es que las que mencioné antes eran más rigurosas - o lo intentaban - en el aspecto antropológico y arqueológico, tal como si de una reconstrucción histórica (o prehistórica, vamos) hecha para Discovery Channel se tratara.

Ignoro que tendría en mente Emmerich al hacer esto, pero dado sus antecedentes lo que veremos es otro espectáculo superficial, ñoño,tipicamente comercial y hollywoodense y para colmo politicamente correcto.

Pablo del Moral dijo...

Caoz: Había olvidado "Stargate", ciertamente una entretenida y ligera combinación de fantasía, ciencia ficción y revisionismo histórico.

Bateman: Pues quizás Emmerich sea incomprendido, pero creo que tiene más oficio que Bay. Sus películas serán ligeras y absurdas, pero al menos tienen "personalidad" y cierta intención narrativa, mientras que las de Bay me parecen vacías. Pero bueno, quizás sea sólo una diferencia de percepción.

Alfredo: Efectivamente, Emmerich tendrá suerte si logra una fracción del drama y rigor histórico de las películas que mencionas, aunque francamente dudo mucho que esa sea su intención. La credibilidad científica o histórica siempre ha sido la primera víctima en el sacrificio que sus películas hacen en aras del entretenimiento. Y, en cierto nivel, lo entiendo.

Anónimo dijo...

Bueno, en eso tienes toda la razón: de este alemán no podemos esperar ni rigor histórico (ni prehistórico); ni profundidad dramática (que por lo menos le imprimieron Annaud y Chapman en sus películas con más o menos éxito). Todo va a ser puro entretenimiento vacío y regado de licencias científicas, arqueológicas y demás, me temo. Concuerdo contigo en que Emmerich es mucho mejor director que Bay, pero nunca se me olvidará las metidas de pata históricas en, por ejemplo, El Patriota, donde salen británicos quemando gente dentro de una iglesia (¿será que a este señor se le salió de el subconciente un episodio realizado por sus paisanos durante la Segunda Guerra Mundial?). Por supuesto que su manía "politicamente correcta" me hace alguna gracia: como cuando en The Day After Tomorrow convierte a los estadounidenses en "inmigrante ilegales", y al vicepresidente de EE.UU en un pobre diablo tercermundista,

Pablo del Moral dijo...

Alfredo: ¿Y quién puede olvidar el arcoiris de razas trabajando unidas contra los invasores en "Independence Day"? Creo que es una de mis favoritas, tanto por lo que hace bien, como por las ridiculeces que nos pide aceptar.